El segundo golpe del coronavirus provoca nuevamente fractura de la red empresarial española. De hecho, desaparecen 100000 empresas en 2 meses. Todavía el país no ha recuperado ni siquiera el 40% de las empresas que cerraron durante el período crítico de la pandemia y ahora hay menos empresas activas.

Mientras tanto, España espera por la vacuna y tienen expectativas de que las curvas tanto de oferta como demanda agregada, no deterioren su estructura. Para que de esta forma los consumidores retomen sus hábitos de compra al finalizar la pandemia.

Asimismo, esperan que las empresas recuperen sus actividades y su producción, para reincorporar a las plantillas de trabajadores.

Este es el escenario ideal y, de hecho, hubo una fuerte reactivación en los meses de verano, lo que, según los indicadores, el daño estructural de la economía no es de gran magnitud. Pues hubo una fuerte reactivación de las empresas durante las semanas de inicio de la desescalada.

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Sin embargo, de acuerdo a los datos que maneja la Seguridad Social, la cantidad de empresas activas disminuyó considerablemente. La segunda ola de la pandemia provocó nuevamente la destrucción de las empresas, amenazando con dejar daños en su estructura.

En octubre se registraron 100000 empresas menos según Seguridad Social

Solo las cifras de cierre del mes de octubre, señalan que hay alrededor de 100000 empresas menos que en el 2019. Lo que indica que la pérdida de empresas es de alrededor del 7% de la red empresarial española, lo que se considera como una fuerte fractura para el tejido productivo del país.

En el período entre los meses de mayo y julio 55.000 empresas reactivaron sus operaciones. Lo que permitió que el 40% del tejido empresarial se recuperara en estos tres meses.

Sin embargo, el siguiente mes, esta violenta recuperación se frenó y cayó nuevamente en octubre, a causa de las nuevas restricciones impuestas en las diferentes actividades económicas.

En este sentido, la Seguridad Social, señala que, en octubre, el promedio de empresas activas fue de 1,41 millones lo que equivale a 6,6% de empresas menos que el 2019. Mientras que en septiembre la variación interanual presentó una disminución del 6,25%.

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Esta disminución de las empresas activas permite que solo se recupere el 38% de las empresas que se destruyeron entre marzo y abril durante el confinamiento. Y de más está decir, que es el peor balance registrado en la historia de la economía española.

En este sentido, el riesgo de que estas empresas se pierdan definitivamente, aumenta a medida que el tiempo pasa y no se reactivan, porque no pueden o porque no quieren volver a sus actividades. Y en consecuencia los empleos que estas empresas generaban también se pierden.

Cabe resaltar que estas estadísticas son producto solo de las empresas que tienen trabajadores, pues son los datos que maneja la Seguridad Social con el código de cuenta de cotización de los empleados.

Los datos del registro de comercio

Por otra parte, el registro de comercio muestra otros datos, con el sistema de cobro por TPV. Este indicador los publica CaixaBank Research cada semana. Y las últimas cifras indican que el número de empresas que tienen el TPV inactivo se duplicó en el mes de agosto y superó en la segunda semana de noviembre en un 9%.

Lo que indica que muchas de las empresas que se mantienen cerradas continúan activas, pero temporalmente no están operando. Se mantienen sin abrir por las restricciones de la pandemia. Así mismo, se trasmite a través de este indicador, que en el último trimestre del año se prevé una nueva caída el PIB.

Y es un hecho que gracias a las políticas de protección de la red empresarial que se activaron en los últimos meses, se evitó que se destruyera mayor cantidad de empresas que las fracturadas hasta la fecha.

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También, jugaron un papel determinante los ERTE, que permitieron aliviar los costes salariales de las empresas y la moratoria de concursos de acreedores que evitó que muchas empresas sobrevivan sin estar solventes. Pero el pronóstico es que en algún momento caerán.

Por otra parte, los créditos ayudaron a que las empresas tuvieran una mayor liquidez. Pero la ayuda no fue para todos los sectores, y la viabilidad de muchas empresas ya estaban en riesgo antes de la pandemia y decidieron cerrar desde los inicios de la crisis. En consecuencia, en solo mes y medio, desaparecieron alrededor de 130.000 empresas.